Evolución histórica
Evolución histórica
PUNTO DE PARTIDA
Una estructura abierta a modo de puerta en la plaza Alameda será el punto de partida para adentrarse en la historia de Coín por el trazado de la antigua muralla califal, puntos significativos de la presencia del agua en la ciudad y edificios que te acercarán a personajes, arquitectura y épocas de Coín.
ORÍGENES
Podemos empezar nuestra evolución histórica entre el cuarto y tercer milenio a.C con el fenómeno megalítico que tiene lugar en la cuenca de Río Grande, como uno de los mejores exponentes en la provincia de Málaga. Podríamos destacar el dólmen del Cerrete de la cañada de Algane, estructuras siliformes de los Villares de Algane y la cueva artificial del Sendajo del Quemao, restos visitables en la sala arqueológica del Convento de Sta. María de la Encarnación.
Un asentamiento fortificado con una cultura material vinculada a la agricultura y a la ganadería se constata en el yacimiento del Llano de la Virgen, que remonta a la Edad del Bronce.
Por otro lado, los hallazgos arqueológicos encontrados en el lugar conocido como cerro del Aljibe, según la tipología de las piezas y el contexto cultural donde aparecen, vislumbran una cronología en torno al siglo VI a.C.
Sin embargo, las primeras noticias que tenemos sobre del núcleo actual de población coinciden con la etapa musulmana. Previamente estaría ocupado por poblaciones herederas de la tradición hispano-romana en villas diseminadas.
El catalizador del impulso urbanizador que vivirá, no solo Coín, sino las ciudades de la Al-Garbia será la ‘’fitna’’ o guerra civil desencadenada por los rebeldes mozárabes liderados por Omar Ibn Hafsun a partir del año 879. Símbolo de esta etapa es la Iglesia Rupestre de Coín.
Excavada en una gran pared de roca caliza, es de una gran relevancia por su envergadura, que deja entrever una comunidad monástica numerosa próxima al núcleo poblacional.
ÉPOCA ANDALUSÍ
Hay que esperar hasta comienzos del siglo X para que Castro-Dakwan comience a ser valorado como ciudad, coincidiendo con su fortificación por orden de la administración del Califato de Córdoba.
Algunos de los más prestigiosos historiadores medievalistas consideran HisnDakwan como “medina”, ya que disponía de “cerca completa” y de “Mezquita Mayor”. Tanto su considerable población y el nivel económico al que hacen referencia viajeros y cronistas, en relación con su supremacía como sede de la administración judicial, además de las dimensiones de la ciudad intramuros, apuntan con claridad meridana a un conjunto urbano afianzado.
“Jardines y estanques; la excelencia de sus frutas están por encima de toda ponderación; sus edificios son como Jawarnaq y Sadir. Es como una amplísima mesa llena de exquisitos manjares; las piedras de sus molinos ruedan constantemente y los árboles son tan espesos que sus ramas se enlazan en estrecho abrazo. Sopla allí una suave brisa. En fin, la fama de esta ciudad se pregona por el mundo, como ondea a todo viento un estandarte”. Ibn Al-Jathib
ESTRUCTURA URBANÍSTICA MEDIEVAL
En el interior de esta muralla se desarrolla un entramado de calles impregnadas de la concepción islámica del espacio:
-Son vías tortuosas, salvo un eje principal compuesto por las calles Cuesta de los Molinos-Mesones que une dos puertas de acceso.
-Carece de espacios abiertos para reunión, a excepción de las plazas de armas y de mercados que se situaban en las inmediaciones de las puertas de acceso, tales como Plaza de San Andrés y Plaza Bermúdez de la Rubia.
-Asímismo contaría con edificios representativos como la mezquita Aljama, luego Iglesia y convento de Santa María, así como baños y otros lugares públicos destinados a administración.
-En cuanto a la Muralla, de origen Califal, estaría reforzada sólo en los alzados de la zona sur, ya que por su situación elevada resultaría menos necesaria en el margen norte por ser más escarpada.
– Igualmente existirían arrabales dependientes de la ciudad, de los cuales se pueden identificar dos: uno en la zona del Toledillo-Calle Tejas y otro en Calle Málaga-Espíritu Santo, también conocida como la zona de las ‘’Casas Quemadas’’.
CONQUISTA DE LOS REYES CATÓLICOS
Esta villa fue conquistada por los Reyes Católicos en el año 1485, tras unas escaramuzas en las que perdió la vida el capitán Pedro Ruiz de Alarcón en una incursión al interior de la fortaleza, en la que al verse herido de muerte, exclamó:
“No entré a pelear para salir de la pelea huyendo”
Esta pérdida hizo que los Reyes ordenaran colocar más piezas de artillería reforzando el cerco, hasta que finalmente cayó bajo el poder castellano.
DESARROLLO URBANÍSTICO DE LA EDAD MODERNA
Con la edad moderna se inicia una etapa de desarrollo urbano que tendrá su momento más importante a partir del siglo XVII.
La Reina Isabel la Católica manda construir la Iglesia de San Juan Bautista, debido a que Santa María de la Encarnación se había quedado pequeña para el culto. En cédula de fecha 23 de octubre de 1489 le asigna el solar ocupado por el Castillo, lugar destinado originalmente a los Mesones. Estos se reubicarán donde actualmente se encuentra la calle de su mismo nombre, en la trasera de la iglesia. La tarea de repoblación y el crecimiento demográfico trae consigo el desbordamiento de la ciudad. El resultado será un proceso urbanizador en torno a los ejes principales de acceso a la ciudad amurallada. Calle Doctor Palomo y Anaya, Calle de la Feria y Vicario Viejo, los barrios de Los Albaicines y los compuestos por C/ Gallardo y C/ Matadero.
Coín pasa de ser ciudad musulmana a ciudad conventual, organizada en torno al Convento de los Trinitarios, situado al final de la Alameda, el Convento de Los Agustinos, situado en el actual parque de San Agustín, y el Convento de Santa María, sobre la antigua Mezquita Aljama.
Las antiguas plazas de armas, se convierten en espacios públicos, Plaza Bermúdez de la Rubia y Plaza de San Andrés, y se crea la actual Plaza Alameda. Arquitectónicamente empieza a tener importancia la fachada y se empiezan a organizar las viviendas desde el exterior al interior.
LA PRESENCIA DE LOS OBISPOS EN COÍN
Hay que destacar la presencia de los obispos en Coín, atraídos por la riqueza y abundancia de su agua, la gran fertilidad de sus tierras y su apacible clima. De ahí la existencia del único palacio episcopal que hubo en la provincia para residencia de las altas autoridades eclesiásticas, mandado a edificar por el quinto obispo de Málaga Don Bernardo Manrique en 1541, contiguo a la Iglesia de San Juan.
Fue muy importante la labor de Monseñor Eulate Santa Cruz, que encargó y costeó cuatro de las principales fuentes del municipio en el año 1754, una en la Plaza Alta (Alameda), otra en su Palacio Episcopal (hoy desaparecido), otra en la Plaza Baja (Plaza Bermúdez de la Rubia) y la cuarta por donación a las monjas clarisas del convento de la Encarnación. También disfrutó de este palacio monseñor José Vicente Lamadrid, obispo que erigió la iglesia de San Andrés en el hospital de la Caridad, construyó el camino de Coín a Málaga, el llamado ‘’Paseo del Obispo’’, y la conocida ‘’Huerta del Obispo’’, que aún se conservan hoy día.
CORREGIMIENTO DE LAS CUATRO VILLAS
Los monarcas entregaron estos terrenos, junto con la mayoría de las localidades aledañas, a la jurisdicción y tutela malacitana. De esta forma se mantuvieron hasta que alcanzaron, no sin grandes esfuerzos, su independencia en la tercera década de 1600 mediante el compromiso de pagar unas cantidades que podemos estimar exorbitantes para las economías lugareñas. Esto desembocó en la formación del Corregimiento de “Las Cuatro Villas de la Hoya de Málaga”, sistema jurídico de gobierno conjunto para Coín, Álora, Cártama y Alhaurín el Grande, manteniéndose la sede permanente del corregidor, su casa, la de su familia, criados y esclavos en Coín.
Los corregidores eran los representantes del poder absoluto del soberano, ejercían funciones administrativas al presidir los cabildos, administraban justicia, controlaban la vida económica y actuaban como representantes del estamento militar; en una palabra, dominaban todos los resortes del poder de manera absoluta. Desde la fecha del primero de los corregidores (1666) hasta que las Cortes de Cádiz lo abolieron en 1808, el sistema de corregimiento estuvo vigente en las villas del Guadalhorce, con mayor o menor grado de compenetración entre sus habitantes y sus dirigentes foráneos.
LA PRESENCIA DEL AGUA
La agricultura de irrigación constituyó el principal recurso económico de Coín desde el período andalusí hasta prácticamente mediados del siglo XX, siendo una de las principales herencias paisajísticas y económicas legadas por al-Ándalus.
El agua marca el principio de la trayectoria histórica coineña. Sus orígenes en el siglo X se deben al curso que toman las aguas desde el Nacimiento de forma natural aprovechando la caída del terreno para el riego por inundación o por desniveles. La ingeniería aplicada para las huertas, así como para moler molinos, será empleada también para conducir el agua potable a la Villa.
Esta infraestructura hidráulica es una de las singularidades más importantes del municipio. Compuesta por manantiales (puntos de nacimiento de agua), atanores (tuberías cerámicas), sistemas de alcubillas (depósitos de repartición de pajas de agua, 4 l/min), ladrones de aguas (interconectan las alcubillas a diferentes alturas) y por supuesto por las fuentes. Fuentes, públicas y privadas, que inundan nuestras calles, patios y plazas.
DESARROLLO DE LA BURGUESÍA
En la etapa contemporánea, concretamente a finales del siglo XIX y principio del siglo XX, Coín experimenta un auge industrial, con el desarrollo de la burguesía. Las viviendas situadas en el eje que va desde San Agustín hasta Plaza Alameda, pasando por c/ Vicario , Plaza Escamilla y c/ la Feria, se mejoran notablemente, se construyen grandes casas señoriales, las cuales se organizan en torno a un eje principal que une la puerta con el patio, jardín o huerto, creándose una tipología muy rica y señorial.
Otra singularidad que nos deja esta época son las aceras de mármol, extraídas de las canteras de la localidad. El mármol blanco y azul de Coín ya se exportaba desde la edad moderna a palacios e iglesias de toda Andalucía.
Con estos y más avatares, hemos llegado al Coín actual. Una ciudad por descubrir, llena de rincones, de recovecos, de interiores, de agua, de historias y de personajes.