El agua siempre ha tenido un papel fundamental para la ciudad de Coín, tanto es así que se cree que el propio origen de la ciudad surge por la existencia de “El Nacimiento”.
Desde su inicio en “El Nacimiento” el agua se ha aprovechado en Coín gracias a los desniveles del terreno en el zona de “El Albaicín”, utilizándose su fuerza para la producción de energía, principalmente con los molinos de harina y aceite. De hecho, según el Catastro de Ensenada, en 1752 Coín disponía de 19 molinos de harina, 15 de aceite, 2 cortidurías, 2 ollerías, 4 tejas y 2 fábricas de velas.
Además el agua no sólo ha tenido un papel importante para el casco urbano, sino que con las presas de riego ha abastecido a todas las huertas y sus acequias hasta hoy.
Otro elemento a destacar son las fuentes, hay documentadas 245 fuentes que se repartían por todo el casco urbano desde hace más de dos siglos, algunas en calles y otras en viviendas privadas.
Como primer punto en este recorrido tomaremos como referencia calle Tejas, en la que se encuentra un manantial.
En este lugar se encuentra una de las fuentes más antiguas de las que tenemos testimonios, de ahí la profundidad a la que se encuentra. Las crónicas la nombran ya en los repartimientos: